Tráfico de fauna: es la tercera actividad ilegal en el mundo

18/12/2009

El tráfico de fauna implica toda actividad ilícita vinculada al comercio de especies silvestres y/o sus partes. Incluye tanto a las especies vivas como muertas y sus partes, por ejemplo pieles y plumas, entre otras.


Enrique Richard, director del proyecto de investigación que se realiza en la Universidad de Rosario, cuenta que "es un mercado que se posiciona tercero a nivel mundial después del mercado de las armas y las drogas".

Y asegura que "Argentina es un país tanto de tránsito del tráfico de especies, como generador de mercados internos y externos para especies silvestres a servir de mascotas.

El estudio apunta a generar un aporte de información acerca de las economías en el entorno ecológico, las diferentes modalidades de utilización de los recursos, los contextos históricos socioculturales y económicos y las motivaciones para la colecta de especies silvestres cuyo destino es el tráfico ilegal.

"Se espera dilucidar el circuito completo de tráfico de especies, desde el colector primario al consumidor final. Y que esta información sustentada en la investigación habilite el diseño de políticas de manejo del medio y de educación ambiental que se adapten a la problemática social - económica y ecológica regional y no tanto a los objetivos idealistas que en general mueven estas políticas", explica Richard.

Con este fin, se analizaron comunidades rurales secundarias de la ecoregión del Chaco occidental de la provincia de Santiago del Estero, y se tomó como ejemplo el área que corresponde a la localidad de Loreto, un lugar indicado por los propios traficantes como fuente de la mercadería que comercian.

Los detalles

La investigación se lleva a cabo mediante visitas a los colectores primarios y la convivencia con ellos. Luego, acercándose a los colectores secundarios como "curiosos" en sus actividades comerciales intenta obtenerse de allí la información acerca de qué hacen y de qué manera. "Es un trabajo de ingeniería social muy complejo -agrega el director-, porque implica ganarse la confianza, y tratándose de actividades ilícitas es difícil. Las conversaciones, una vez lograda la confianza, son dirigidas en forma críptica a la información que se desea obtener".

Algunas de las especies traficadas son las tortugas, iguanas, boas chicas, cardenales, jilgueros dorados, zorrinos, zorro gris, pumas, liebres criollas, y vizcachas. Éstas se venden como mascotas, para danzas exóticas (Boas), o sus pieles en talabarterías o casas de artesanías.

El manejo del tráfico es en base a una estructura organizada, a nivel mundial, que se compone de un centro de acopio de las especies demandadas en el norte del país. "Se utiliza el sistema de rutas nacionales para canalizar la mercadería a los principales centros de consumo o reventa, como Buenos Aires y Córdoba. Esto se realiza con camiones que portan otro tipo de mercadería y obtienen ingresos extras por esta actividad", explica el investigador.

Otro dato interesante que se obtuvo es la ganancia de los distintos intervinientes en el tráfico y el precio final que adquieren las especies comercializadas.

En palabras de Richard: "Los márgenes de ganancia para el colector primario, es decir el primer eslabón en la cadena son insignificantes. Los colectores secundarios, los que compran la mercadería y la acopian, tienen márgenes más significativos de ganancias.

Por ejemplo, una tortuga de tierra pequeña (las de mayor precio de venta) es comprada al colector primario a un precio que oscila entre 3 y 5 pesos, el colector secundario la vende luego a un precio entre 15 y 20 pesos y termina en un Pet Shop de algunas de las localidades de destino a un precio final de entre 35 y 50 pesos".

Si bien la investigación revela cómo opera la red nacional y su esquema, su aporte fundamental reside en que "otorgará los insumos necesarios para delinear las políticas educativas que apunten a revertir esta situación educando al consumidor, ya que sin consumidor no hay demanda y, por lo tanto, no hay tráfico. En el proyecto se resalta la idea de que esta actividad no mejora la calidad de vida de los habitantes rurales y, por el contrario, los empobrece más, al canalizar, en el circuito del tráfico, especies y volúmenes que cumplen una función importante en el ecosistema y en el sostén de su propia economía".

El proyecto es financiado por EcoDreams, Consultora Ecobiológica y Académica Internacional.

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