La Fundación Alfarcito visitó la Escuela 4587 del paraje Cerro Negro de Tirao

Días pasados se concretó con éxito el segundo proyecto de los becarios de la fundación "Alfarcito", en esta oportunidad “pisos pintados al aire libre”, organizado por Guadalupe Cruz, otra de las jóvenes beneficiadas con el programa “Becas Padre Chifri” de la Fundación. El mismo se desarrolló en la Escuela 4587 del paraje Cerro Negro de Tirao.

Desde la Fundación Alfarcito proponen que los becarios propongan y organicen una actividad solidaria en las comunidades a la que pertenecen, como una forma de agradecimiento.

El itinerario relatado por miembros de la fundación es el siguiente:

El lunes 7, luego de pasar la noche en la escuela de Tirao, nos levantamos bien temprano, para poder disfrutar de la salida del sol entre los cerros, luego compartimos el desayuno con la directora y la maestra de la escuela, quienes nos agradecieron nuestra presencia y el tiempo que dedicamos para alegrar a los alumnos.

Berta nos contó que muy pocas personas los visitan y considera importante para que los niños puedan tener nuevas vivencias. Las necesidades de la escuela es el tema de la leña, que les resulta más económico que usar el gas. También el agua potable para cocinar y beber. La escuela por estar situada a casi 4000 metros de altura, tiene muchas necesidades de calefacción.

Después del desayuno nos fuimos a rezar en la capilla, momento en el que agradecimos la oportunidad invalorable de estar en el lugar y haber podido concretar no solo la visita, también el proyecto de Guadalupe Cruz.

Posteriormente disfrutamos la vista que nos regalaba la naturaleza, la cual pudimos admirar desde un mirador. Contemplamos la maravilla de la obra de Dios. También recordábamos al Padre Chifri que visitaba cada paraje, pero en este tenía que hacer un esfuerzo mayor, moverse en muletas, con el esfuerzo que ello demanda.

Cerca de las 11 de la mañana, pudimos observar la llegada de los alumnos por diferentes senderos, algunos a caballo y otros caminando. Todos con sus madres y ansiosos por llegar a la escuela, donde viven toda la semana. La mayor satisfacción que tuvimos fue ver los rostros de felicidad y de sorpresa al ver los juegos pintados en el patio de la escuela. Luego participamos del izamiento de la Bandera Argentina y de la provincia de Salta.

Iniciamos los diferentes juegos con los niños, viviendo momentos muy divertidos, particularmente remontando los barriletes. Las madres también participaron de las actividades. Luego entregamos regalos que nos donaron numerosos amigos, también les entregamos los cuadernos con el rostro del Padre Chifri, para que los niños sepan quien fue y que hizo por su comunidad.

Finalmente compartimos el almuerzo, un delicioso guiso preparado por el cocinero, Don Nicolás Pérez. El trabaja hace 12 años y recuerda las visitas del Padre Chifri, nos contaba que siempre venía algunos días antes de la fiesta patronal para compartir jugos y visitar a las familias en sus hogares. Don Pérez se levanta a las 6 de la mañana y se va caminando a la escuela, tarda dos horas en llegar. Prepara el desayuno para los niños y la comida. Cuando termina su trabajo, regresa a su hogar caminando otras 2 horas.

Emprendimos el regreso a Salta, con los corazones plenos de felicidad por haber vivido dos días muy intensos junto a la comunidad y en particular con las autoridades de la escuela y los niños.

Felicitamos a Guadalupe Cruz, que propuso este proyecto, lo planificó al detalle y se desarrolló exitosamente. Querida Guadalupe te felicitamos por tu iniciativa y el poder de convocatoria.
Gracias Chifri por la profunda huella que dejaste en los corazones de las familias de los cerros, tu obra continúa y tu recuerdo está en cada rincón de los valles y quebradas.

Fundación Alfarcito

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