Diego Peralta: "La construcción es algo que me apasiona, soy albañil hace unos años"

29/12/2024

Diego Peralta, a quien los amigos llaman Loro, es uno de los estandartes de Los Infernales de Salta Basket en las últimas temporadas. Un interno con versatilidad, muy buenos movimientos de pies y gol en sus manos, capaz de codearse y chocar con gente más grande en la zona pintada. Trabajador incansable no solo en un rectángulo de juego, sino en la vida.

Nacido y criado en la localidad de El Galpón, perteneciente al Departamento de Metán, a unos 160 kilómetros de Salta capital. Tiene los mejores recuerdos de su niñez y juventud, junto a sus hermanos Cecilia, Laura y Matías.

"Me crié en el campo, haciendo cosas en la finca donde trabaja y vivíamos con mis padres: Rosa y Luis, tuve una hermosa infancia, sana y jugando con lo que encontrábamos en casa y en el campo", recuerda con alegría el interno y goleador de Salta Basket.

Cuando uno mira hacia atrás para traer al presente los recuerdos de la infancia, suelen trascender sentidos que despiertan nostalgia, añoranzas, cariño y a veces risas cómplices. "El olor de la lluvia en la tierra es algo que me transporta a mi infancia", recordó el jugador.

La pérdida de sus padres caló hondo en el rudo ala pívot norteño, de planificar lo que iba a hacer pasó a pensar y vivir el presente. "Quizás antes planificaba, después el tiempo me golpeó duro y se llevó parte de mi vida. Me quitó a mis viejos y desde entonces solo vivo y trato de disfrutar las cosas día a día", sostuvo.

Un todo terreno

Peralta descubrió que podía jugar básquetbol de manera seria y hasta profesional siendo ya un joven cerca de cumplir la mayoría de edad. Sin embargo, su destreza y don para el deporte lo llevaron a experimentar y competir en distintas disciplinas.

"Antes de jugar al básquet pasé algunos años en el atletismo, jugando al vóley, al rugby y algún otro deporte", contó. Con un grupo de amigos, a los 17 años, comenzó a transitar el Complejo del pueblo donde "jugábamos –básquet- entre nosotros y de vez en cuando contra los mayores, si es que nos dejaban", recordó Diego.

Viajes y estudio

"A los 19 años me fui a vivir y estudiar Educación Física a Salta, mientras lo hacía jugué en Sargento Cabral, en la categoría U19 y en Primera", sostuvo el jugador. Sin tener la mejor experiencia, decidió volver y terminar sus estudios en un instituto con anexo en El Galpón. "Estuve sin jugar al básquet unos dos años", recordó.

Nuevamente con un grupo de amigos partió con destino a Tucumán. "Fuimos a jugar ligas amateurs, después salté a la competencia local y de ahí en adelante jugué en la A capitalina, el Torneo Federal y dos Liga Argentinas con Estudiantes".

La otra pasión

Además de ser profe de Educación Física, jugar bien al básquet Diego encontró en el rubro de la construcción su otra pasión. "Es algo que me apasiona, es lo primero que busco hacer después de jugar al básquet. Soy albañil hace unos años", apuntó inflando el pecho.

Al oficio lo fue descubriendo a medida que necesitaba hacer algo para su casa. "Me fui informando, capacitando, haciendo cursos y eso. Ahora tengo todas las herramientas que se deben utilizar para la construcción".

Es él quien se encarga de tomar las obras y diseñar lo que van a construir. "Hicimos un comedor, cocina, piezas, quincho, tanque de agua, lavadero y galería", contó el interno respecto de algunas de las obras que realizó con sus propias manos y sabiduría.

Antes del advenimiento de un nuevo año, Diego Peralta alzará su copa y brindará: "Por un mejor 2025 para toda la familia".

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