El cibercrimen es un negocio, y por tal motivo los actores maliciosos no descansan a la hora de buscar nuevas estrategias para engañar a sus víctimas. En este caso, los estafadores se aprovechan de la implementación masiva de los "códigos QR" (usados por ejemplo, para ofertas, conocer el menú de un restaurante, la información de un producto o hasta realizar pagos de facturas, multas, etc.) como una nueva manera de engañar a las personas.
El quishing es una técnica de phishing que se vale de códigos QR para engañar a sus víctimas, y que éstas revelen sus datos personales y cualquier otro tipo de información sensible, o bien para redirigirlos a un sitio web malicioso. Funciona de la misma manera que los ataques de phishing tradicionales, con la diferencia que en vez de valerse de un correo electrónico o un SMS con un enlace malicioso, necesita que la víctima escanee el código QR apócrifo.
Para llevar a cabo esta técnica, los actores maliciosos insertan un código QR en redes sociales, ofertas expuestas en internet, un correo, una calcomanía o folletos físicos para que sea escaneado por alguna persona.
Utiliza técnicas de ingeniería social para convencer a su víctima de que se trata de un código legítimo y que escaneándolo obtendrá algún beneficio o recompensa. Muchas veces hasta haciéndose pasar por empresas o marcas reconocidas mundialmente.
También es posible que los ciberatacantes recurran a mensajes que apelen al sentido de urgencia, incentivando al usuario a que escanee el código QR para evitar, por ejemplo, la suspensión de una de sus cuentas.
Una vez que es escaneado el QR, puede redirigir a la víctima a un sitio web malicioso para robarle datos personales o información sensible. Por ejemplo, puede llevarlo a un sitio que simule ser el de un banco, y solicitar sus credenciales bancarias. Otra opción es que mediante el código QR se descargue malware en el dispositivo.
Puede ocurrir también como el reciente caso en la capital de Salta, donde dejaban una supuesta infracción de tránsito con un volante impreso con el código QR y que inducía a escanear el código para conocer el monto de la multa.
Pero, también existen buenas prácticas que se pueden poner en acción para reducir el riesgo de ser víctimas de quishing:
- Tener en cuenta el origen del código QR: antes de escanearlo, es recomendable asegurarse de que proviene de una fuente fiable.
- Utilizar alguna aplicación que permita previsualizar la URL a la que deriva el código QR, con el objetivo de confirmar si es segura o no.
- Tener cautela ante códigos QR que llegan de manera inesperada o de algún desconocido y prometen beneficios sustanciosos: quizás la mejor decisión sea no escanearlo para evitar posibles inconvenientes.
- Siempre tener instalada y actualizada una solución de seguridad confiable en los dispositivos móviles, más aún en los que se realizan operaciones bancarias o manejan información sensible.
ESET