Una de las principales motivaciones de los ciberdelincuentes es ganar dinero. En general, pueden extorsionar y robar más dinero de las empresas (por pequeñas que sean), aunque las personas no están exentas de sus amenazas. Los actores maliciosos también son en gran medida oportunistas, lo que significa que buscan la ruta más fácil: cuentas en línea que no están debidamente protegidas, dispositivos que no tienen instalado un software de seguridad o computadoras que no ejecutan el último sistema operativo, navegador y otras versiones de software. Esto es particularmente grave cuando se trata del riesgo cibernético al que se enfrentan comerciantes o trabajadores independientes. Si tiene un negocio propio, comprender dónde están los riesgos y cómo desarrollar la resiliencia es clave.
“Los desafíos para quienes trabajan de manera particular no son solo los limitados recursos tecnológicos. Podría decirse que el mayor impacto es el daño a la reputación del profesional autónomo y las consecuencias financieras. La recuperación en ambos escenarios es más difícil. Todo esto sin mencionar la pérdida de productividad. El tiempo que el propietario de una empresa que trabaja por cuenta propia tiene que dedicar a limpiar su infraestructura tecnológica después de sufrir un ataque es tiempo que no puede dedicar a atender a sus clientes.”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
Hay pocos datos disponibles públicamente sobre el volumen de filtraciones que afectan a los trabajadores independientes. Sin embargo, es lógico pensar que con menos recursos y con poco o ningún soporte de un equipo de Tecnología Informática (IT) interno, se está más expuestos a las ciberamenazas. Desde ESET advierten cómo los siguientes escenarios podrían afectar un negocio:
- Un ataque de ransomware que bloquea archivos, incluido cualquier almacenamiento en la nube sincronizado.
- Un ataque en el que los cibercriminales roban y amenazan con filtrar archivos confidenciales y/o venderlos en la dark web. Esto podría incluir información personal identificable (PII, por sus siglas en inglés).
- Ataques que buscan tomar el control de cuentas a través del robo de contraseñas o mediante técnicas de “fuerza bruta“. Las cuentas secuestradas podrían usarse posteriormente en ataques de phishing a clientes o incluso en estafas del tipo BEC, sigla en inglés que en español significa compromiso de cuentas de correo electrónico de empresas.
- Un ataque o infección con malware diseñado para recolectar credenciales de inicio de sesión de la cuenta bancaria corporativa para drenar sus fondos.
En algunos paises reportes indican que son muy pocas las microempresas que cuentan con una estrategia de seguridad formal. Sin embargo, el costo promedio de las brechas de seguridad durante los 12 meses anteriores fue de más de US$ 3740, una cifra que podría tener un impacto significativo en empresas de este tamaño. Es por eso que los profesionales independientes deben tomarse un tiempo para comprender bien los conceptos básicos de seguridad.
Aquí algunas medidas preventivas:
- Realizar backup (copia de seguridad) de los datos críticos del negocio: Esto significa que primero se debe determinar qué es lo suficientemente importante para realizar una copia de seguridad y luego elegir una solución en la cual realizar la copia de seguridad. El almacenamiento en la nube (es decir, OneDrive, Google Drive) es una opción útil, ya que las copias de seguridad son automáticas y no es necesario realizar una inversión inicial en hardware. La mayoría de los proveedores de este tipo de servicios tienen la capacidad de restaurar desde versiones anteriores, incluso si el ransomware se propaga a los datos de la nube. Sin embargo, para mayor tranquilidad, también puede valer la pena hacer una copia de seguridad en un disco duro extraíble y asegurarse de mantenerlo desconectado de Internet que sea necesario.
- Instalar un software antimalware: elegir un producto de un proveedor de confianza y asegurarse de que todas las computadoras, smartphones y demás dispositivos conectados estén protegidos. Asegurarse de mantener activadas las actualizaciones automáticas para que siempre se ejecute la última versión.
- Mantener todas las computadoras y dispositivos actualizados: asegurarse de que todos los sistemas operativos y software instalado estén corriendo la última versión y que tengan activada las actualizaciones automáticas. Esto significa que se corregirán mediante parches fallos de seguridad recientemente descubiertos que pueden ser aprovechadas por cibercriminales.
- Mantener las cuentas seguras: usas solo contraseñas seguras y únicas, utilizar un administrador de contraseñas para gestionarlas, y activar la autenticación en dos pasos en cada plataforma o servicio que utilice (redes sociales, correo electrónico, almacenamiento en la nube, router, etc.). Esto reducirá el riesgo de phishing, fuerza bruta y otros tipos de ataques.
- Proteger sus dispositivos móviles: mantener todo el software actualizado, instalar un software de seguridad y no descargar ninguna aplicación de tiendas de aplicaciones no oficiales. Asegurarse de que los dispositivos estén bloqueados con un código de acceso seguro o un método de autenticación biométrica sólido y que se puedan rastrear y borrar de forma remota en caso de pérdida o robo.
- Crear un plan para cuando las cosas puedan salir mal: este “plan de respuesta a incidentes” no necesita ser exhaustivo. Solo tener en cuenta en qué servicios de IT se basa la empresa y tener una lista de contactos para saber con quién comunicarse en caso de que ocurra algo. Esto acelerará los tiempos de recuperación. Tener a mano una copia en papel del plan en caso de que los sistemas tengan que ser desconectados por la fuerza.
Por último, recordar que la conciencia y la educación son clave. Aprender y poner en práctica estos consejos permitirán a su negocio estar fuera del alcance de atacantes oportunistas.
ESET