Los dos hijos menores de Lorena Vique podrán leer una carta que la jueza Mónica Faber les escribió explicándole la condena impuesta a su padre, Julio César Calisaya, por el femicidio ocurrido el 8 de julio del año pasado.
Esa noche, cerca de las 11 de la noche, la vida de los niños, y de su hermano mayor, S. cambió abruptamente.
S. tuvo la fortaleza suficiente para representar a sus hermanos a lo largo del proceso. Incluso declaró en el juicio y escuchó los testimonios durante los tres días.
La jueza Faber en los fundamentos de la condena agregó la carta dirigida a los hijos menores de edad de la víctima. Cuenta allí que gracias a todas las personas que habían declarado pudo saber que su mamá siempre pensaba en ellos, que era muy querida por sus compañeros de trabajo, y que era una alumna muy dedicada en la escuela. Su sueño era hacer un viaje en crucero alguna vez, y pese a haber encontrado muchos obstáculos en su vida pudo lograr muchas cosas.
También les dijo que Julio pidió perdón y estaba muy arrepentido por lo que había hecho. Él dijo, llorando, que nunca quiso hacerles daño, ni a su mamá o a su abuela, y sabe que las cosas nunca serán iguales.
Para cerrar la carta, Faber citó a Albus Dumbledore, un querido personaje de la saga de libros Harry Potter, escrita por J. K. Rowling, cuando decía que “en mí no tan humilde opinión, las palabras son nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo”. Y finalizó con un deseo para los tres: que puedan seguir adelante, y que si alguna vez necesitan perdonar puedan hacerlo.
Dos de los hijos de la mujer son de una pareja anterior. Se trata de S., de 20 años, que es quien participó como querellante en el proceso penal, y E., que ahora tiene 18. La niña de 11 años, M., es la única hija en común que tuvieron Vique y Calisaya. No obstante la relación que tenían los dos más grandes con el acusado era de padre e hijos.
La jueza de la Sala V del Tribunal de Juicio condenó a Julio César Calisaya (36), por ser autor del delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo –relación de pareja previa- y por mediar violencia de género, y le impuso la pena de prisión perpetua.
La carta:
Salta, 24 de octubre de 2022
S., E. y M.:Mi nombre es Mónica y soy la jueza que tuvo que conocer y decidir en el juicio que se hizo en contra de Julio César Calisaya por el homicidio de su madre, Lorena Beatriz Vique.
Durante el juicio, escuché muchas personas que hablaron muy bien de su mamá, dijeron que era muy querida por todos en su trabajo, que fue una alumna dedicada en la escuela, que era una buena compañera. Dijeron que siempre pensaba en ustedes y que le hubiera gustado hacer un viaje en crucero alguna vez. Sé que tuvo muchos obstáculos en su vida pero logró grandes cosas.
Lamento profundamente lo que pasó. Posiblemente, les lleve toda la vida entenderlo y quizás, aun así, nunca lo puedan comprender del todo.
Espero que, pidiendo toda la ayuda que necesiten y cuando lo necesiten, puedan seguir adelante, recordando lo lindo del amor familiar que recibieron cuando ella estaba. Deseo que puedan darse cuenta que la gente que uno ama y que nos amó nunca se va del todo.
También les cuento que S. estuvo en representación de ustedes durante estos días y escuchó con mucha fortaleza todos los testimonios. Debe haber sido muy difícil para él, pero estoy segura que lo hizo para cuidarlos y para defender la memoria de su mamá.
Respecto de Julio, les quiero contar que lo escuché pedir perdón por lo que hizo. Dijo llorando desconsoladamente que eran de corazón, que nunca quiso hacerles daño a ustedes, a su mamá y a su abuela. Sabe que nada va a ser igual y se mostró arrepentido.
Se los cuento y se los escribo porque, como Albus Dumbledore le dijo a Harry Potter, “en mí no tan humilde opinión, las palabras son nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo” .
Espero que puedan seguir adelante y, si alguna vez, necesitan o quieren perdonar, puedan permitírselo.
Les mando un abrazo,
Mónica Faber
Justicia Salta