En la Sala V del Tribunal de Juicio comenzó hoy la audiencia de debate en la causa seguida contra Julio César Calisaya (36), por homicidio doblemente calificado por el vínculo –relación de pareja previa- y por mediar violencia de género en perjuicio de Lorena Beatriz Vique (37). El juicio unipersonal es presidido por la jueza Mónica Faber.
Durante la primera jornada se leyó la requisitoria fiscal de elevación a juicio. Seguidamente, el imputado manifestó su voluntad de declarar.
Calisaya comenzó repasando lo que ocurrió en julio de 2021. Dijo que esa tarde se encontraba en su casa, haciendo unos muebles con su hijastro, el mayor. Pasadas las 19 llegó del trabajo su esposa, Lorena Vique. Como a las 20.30 le propuso ver una película en la habitación. Su hija menor se recostó con ellos.
El imputado señaló que su pareja estaba distraída con el celular y él le pidió que lo dejara. Alcanzó a ver que recibía mensajes de una mujer. Dijo que, aunque él no acostumbraba a revisarle el teléfono, en un momento en que Lorena se alejó lo agarró. Buscó un mensaje que él le había mandado ese día y no lo encontró. Entonces le envió otro texto para ver cómo lo tenía agendado. Descubrió que figuraba como “Mariana compañera”. Luego revisó otros chats de su esposa y encontró un audio de alguien agendado como “Clara”. La voz era de hombre y se dirigía a Lorena de manera prepotente, como si tuviera autoridad sobre ella, preguntándole dónde estaba.
El imputado refirió que entonces le pidió explicaciones a su pareja y “empezó el problema”. Dedujo que lo estaba engañando y le reclamó. Dijo que Lorena intentó convencerlo de lo contrario, le pidió que hablaran, pero él no quiso escucharla. Sacó un cuchillo de la cocina sin que ella lo viera, lo guardó en su cintura, se puso la campera, se despidió de su hija y salió de la casa.
Calisaya continuó relatando que Lorena también se puso una campera y fue tras él. Siguieron discutiendo afuera. Él encendió la moto y ella se subió atrás porque insistía en hablar. Condujo hasta la costanera del río Vaqueros.
El imputado aseguró que, en el trayecto, ella iba borrando mensajes del celular. Cuando llegaron, la víctima abrió el whatsapp y ya no estaban los chats que él ya había visto. Dijo que siguieron discutiendo y entonces ella admitió que sí lo engañaba. Él le pidió que se fuera y sacó el cuchillo para matarse. Según relató el imputado, cuando se puso el arma en el cuello, Lorena intentó quitársela. A partir de ese momento “se bloqueó”, “se le nubló la cabeza”, “se perdió”. Aseguró que no quiso matarla, que la amaba muchísimo.
Cuando “volvió en sí” llamó a su hijo mayor. Y de repente advirtió que estaba rodeado de policías. Fue ahí cuando se dio cuenta de que había lastimado a su esposa. Remarcó que estaba “shockeado” y que no recordaba si había otras personas cerca de ellos cuando ocurrió el hecho. Tampoco recordaba haber hablado con la policía o haber visto llegar a su hijo antes de que se lo llevaran en el móvil.
Calisaya sostuvo que ya le había perdonado una infidelidad a su esposa –en 2018- y que habían decidido seguir adelante por sus hijos. No obstante, refirió que tres meses antes del hecho había hablado con Lorena acerca de separarse porque había vuelto a tener dudas acerca de su fidelidad. También se lo había comentado a su suegra.
Luego de la declaración del acusado comenzó la recepción de pruebas testimoniales. Para hoy estaba prevista la comparecencia de diez testigos. Entre ellos, el hijo mayor y la madre de la víctima y un vecino de Vaqueros que presenció el momento en que Calisaya atacaba a su esposa, intentó detenerlo y corrió a la ruta a pedir ayuda.
El hijo mayor de Vique contó que ese día, alrededor de las 22, le mandó un mensaje a su madre avisándole que llegaría tarde porque estaba en la casa de su abuelo. Unos quince minutos después recibió una llamada desde el celular de la damnificada. Atendió pensando que era su mamá, pero del otro lado escuchó la voz de su padrastro. Gritaba y le decía que su madre estaba muerta, que estaban en el puente de Vaqueros y que él se iba a matar.
El joven refirió que en ese momento entró en pánico. Corrió hasta su casa para ver si sus padres estaban ahí. Al no encontrarlos, se dirigió raudamente hasta el río con un tío, en moto.
El testigo manifestó que en un primer momento pensó que se trataba de un suicidio porque Calisaya no le dijo que había matado a su madre. Por eso, apenas llegó al puente bajó al río con la linterna de su celular encendida. No encontró nada y entonces vio el móvil policial con las luces encendidas en la costanera. Corrió al lugar y vio que la policía tenía detenido a Calisaya. Su madre ya estaba adentro de una ambulancia que justo partía rumbo al hospital.
El joven señaló que en ese momento su padrastro le gritó algo sobre un tucumano -con quien supuestamente lo engañaba su madre- y le dijo que viera los mensajes en su celular. Él alcanzó a decirle: “Más vale que mi madre esté bien”.
En la moto de su tío siguieron a la ambulancia hasta el hospital. Al llegar le dijeron que su mamá había fallecido en el trayecto.
Por el Ministerio Público interviene la fiscal penal de la UFEM, Mónica Poma. La defensa del acusado está en manos de Juan Marcelo Britos Astigueta y Lautaro Humacata. En representación del hijo de la víctima, como querellante, interviene Sebastián Schmidt Dodds.
El hecho por el cual será juzgado Julio César Calisaya ocurrió el 8 de julio de 2021, alrededor de las 23.15, en una calle ubicada al margen del río Vaqueros, detrás de la plaza Paseo Costanera.
Esa noche, policías que circulaban en un móvil fueron alertados sobre el pedido de auxilio de una mujer. Antes de llegar al puente, un hombre que se identificó como personal policial les refirió que un vecino lo había interceptado cuando iba en su auto particular para avisarle que había escuchado gritos de mujer provenientes de la plaza ubicada junto al río.
Al llegar al sector de los juegos recreativos observaron una mujer tendida en el suelo. Tenía manchas sanguinolentas en la cara, en el cuero cabelludo y en las prendas de vestir. A su lado estaba el imputado, sujetando un cuchillo a la altura de su cuello. Al ver llegar a personal policial dijo: “No te acerqués porque me voy a matar. La estoy matando porque ella me fue infiel y el otro le hace la cabeza”.
En ese instante, los oficiales solicitaron una ambulancia y trataron de tranquilizar al sujeto para que desistiera de su actitud. Uno de los policías lo rodeó y en ese momento el acusado soltó el cuchillo. Seguidamente procedieron a detenerlo. La víctima falleció antes de llegar al hospital por shock hipovolémico por heridas de arma blanca. Vique tenía alrededor de treinta lesiones cortantes, penetrantes y excoriaciones.
fuente: Justicia Salta