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Así pasó la #VendimiaTukma 2021 en Tolombón

La Bodega Tukma y Altalaluna Hotel volvieron a abrir sus puertas para invitar a los amantes del vino a “cosechar los mejores vinos de altura”, en el Valle de Tolombón -a pocos kilómetros de Cafayate, Salta-. Aunque este año venía cargado de incertidumbre, la respuesta del público sorprendió a todos superando los récords de participación y ocupación del hotel. “En esta edición, tuvimos un 40% más de concurrencia. Desde noviembre estaban llamándonos para consultarnos si se hacía la Vendimia”, cuenta Monserrat Ingala, Gerente de Altalaluna Hotel y encargada del área de turismo en Bodega Tukma.

La bienvenida y presentación estuvo a cargo de José Luis Mounier, Enólogo de la Bodega a quien se le atribuye ser el creador del Torrontés que es emblema de la excelencia de los Valles Calchaquíes. La nota, por su parte, la dio el maridaje particular: esta vez, cada plato se creó para acompañar de manera ideal uno de los vinos, y no a la inversa como ocurre habitualmente.

“Esta Vendimia se presenta muy buena. Con un verano nublado, algunas lluvias y temperaturas más bajas que alargaron el período de madurez enológica de manera que vamos a tener un buen grado azucarino y buena acidez. Tendremos unos vinos elegantes, frescos, frutados y armónicos (no tan estructurados), con gran perfil aromático y buen color; y los blancos con un perfil delicado. ¡Será una excelente cosecha!”, auguró Mounier.

Durante la mañana del sábado, la Ingeniera Agrónoma María Paz Gómez Rueda recibió al grupo de “aprendices de cosecheros” para explicarles todo de una forma tan didáctica como romántica: “Hoy vamos a vincularnos directamente con una planta que es muy especial, por el fruto que nos da. Porque con él elaboramos una bebida ancestral, que ha estado atravesada por muchas culturas, y que refleja la evolución de la humanidad y el paso de muchos sucesos y fenómenos naturales. Y que tiene la particularidad de generar momentos únicos y de invitar a compartir, una necesidad que surgió con fuerza en esta pandemia. El vino es un gran aliado en esto. La oportunidad que tenemos hoy es la de conocer y percibir algunos de los factores que afectan a este cultivo como el clima, el suelo y la forma en que este es trabajado por el ser humano. Así, la próxima vez que tomemos un vino, lo hagamos con la conciencia de que ninguna botella será igual a otra, ni se la podrá comparar con ninguna de otro lugar”.

“Los viñedos de la Bodega Tukma son tratados en forma agroecológica. Esto implica un gran cuidado del medioambiente, de la planta y también de los consumidores del vino. Es decir, observar lo que hacemos y los procesos que suceden todo el tiempo y que muchas veces en el afán por producir se terminan desconociendo. Como la cantidad de virtudes que aportan a los viñedos los microorganismos del suelo al permitir que crezcan diversas plantas entre ellos”.

Siguieron una mañana de vendimia, la juntada de fichas que cada participante recibió al entregar las gamelas, un almuerzo entre los viñedos -previa selección de uvas en la tolva- y, finalmente, la pisada de la uva y el estampado de delantales. El toque artístico que sorprendió a todos en tanto fue el del Ballet Juvenil de Cafayate que enseñó los pasos de las danzas clásicas y hasta invitó a sumarse a los más intrépidos.

La gastronomía de Juan Carlos Pulido y Martín Bañuelos fue protagonista con propuestas donde los colores y los sabores se presentaron unidos de formas innovadoras. La ambientación estuvo a cargo de Verónica Campbell y Alicia Cirico, el show instrumental de apertura fue de Fernando Subelza, y el cierre de melodías electrónicas experimentales fue de Celeste Borigen. Coronó el fin de semana una comida a la luz de las velas, bajo los algarrobos y los talas del jardín único del Hotel Altaluna, con un espectáculo folclórico musical a cargo de Los Cabales.

Por último, otra grata sorpresa de la edición fue la presencia del artista Martín Mauricio Molina plasmando en una obra con técnica mixta su mirada de lo que iba sucediendo. Al final de la jornada, el cuadro se subastó entre los presentes y el dinero recaudado se destinó al Proyecto Luchá, que acompaña a mujeres que están transitando el cáncer de mama.

“Esta vendimia abierta al público nació soñando en voz alta, allá por 2019. Con total libertad, los directores de la Bodega me permitieron concretarla. Hoy miramos para atrás y nos emocionamos de ver como creció y de saber que esta fiesta ya quedó instalada en la agenda nacional como uno de los eventos íconos de la Ruta del Vino”, destaca Monserrat.
* Fotografías Lucía Ramos

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