Balance 2015: el FPV, tras la derrota, afronta el debate por la conducción partidaria

29/12/2015

El Frente para la Victoria cerró 2015 con importantes derrotas electorales ante la Alianza Cambiemos que lo inhibieron de mantener la primera minoría en el Congreso, en un clima interno signado por el debate sobre la continuidad de la conducción política de Cristina Fernández de Kirchner.

El balance anual del peronismo que se mantuvo alineado con los gobiernos de los últimos 12 años está indudablemente atravesado por cómo se resolvió el prolífico calendario electoral, en el que el Frente para la Victoria fue derrotado tanto a nivel nacional como en territorio bonaerense, su tradicional bastión.

María Eugenia Vidal, la candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires por la alianza Cambiemos, se impuso en las elecciones generales del 25 de octubre ante el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández, en lo que significó uno de los golpes más duros y que prefiguraba el desenlace nacional que finalmente ocurrió el 22 de noviembre con el triunfo de Mauricio Macri en el balotaje presidencial.

Luego de 28 años de administraciones peronistas, Vidal se consagró como gobernadora bonaerense al derrotar a Fernández con el 39,49 por ciento de los votos, más de 4 puntos de diferencia sobre su oponente que consiguió el 35,18 por ciento de las adhesiones.

En esas mismas elecciones generales, el candidato del FpV Daniel Scioli no consiguió pasar los 40 puntos y alzarse con una diferencia de más del 10 por ciento que le permitiera imponerse en primera vuelta a Mauricio Macri (Cambiemos), lo que condujo al primer balotaje en la historia argentina.

El resultado es por todos conocidos: Mauricio Macri resultó electo presidente, aunque por el estrecho margen de unos 680.000 votos.

El mapa electoral expresó que el Frente para la Victoria consiguió holgados triunfos en las provincias del norte y del sur del país, no así en la zona núcleo de la producción agropecuaria ni en los grandes centros urbanos, en la región central del país, donde sufrió amplias derrotas en Córdoba y Ciudad de Buenos Aires.

Estos resultados se expresaron en la conformación de la Cámara de Diputados y en el Senado, donde el Frente para la Victoria consiguió mantenerse como primera minoría, posición desde la cual, a pesar que estaba en su derecho a ejercerla, cedió las presidencias de ambas cámaras a Cambiemos.

A pesar de haber perdido 26 bancas, el FpV tendrá 95 diputados, que sumados a los partidos con los que eventualmente realizó acuerdos parlamentarios, podrá alcanzar unos 110.

En tanto, en Senadores el peronismo tendrá 42 bancas propias (incluyendo a los representantes pampeanos), de un total de 72, por lo que cuenta con quórum propio.

El revés electoral provocó un cimbronazo interno dentro del peronismo, que se tradujo en la emergencia de reclamos de diferentes índole: desde la búsqueda de culpables de la derrota, hasta la puesta en duda de la continuidad de la conducción partidaria.

Los principales cuestionamientos respecto de este último punto partieron en su mayoría de mandatarios provinciales, aunque en los últimos días también se sumaron al reclamo de renovación dirigentes bonaerenses, como el titular del PJ bonaerense Fernando Espinoza o el apoderado partidario Jorge Landau, quien analizó que "el resultado (electoral) deberá implicar cambios, tanto en la fisonomía interna y externa del PJ como en la mecánica de la toma de decisiones".

Uno de los principales voceros de esta posición es el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que recientemente asumió su tercer mandato, quien en diferentes contactos con la prensa se mostró convencido en que "hay que democratizar nuestro partido y en esa democratización partidaria naturalmente cada uno ocupará el lugar que la gente quiera que ocupe".

Este sector propone que cuando venzan los actuales mandatos partidarios nacionales, en abril próximo, las nuevas autoridades surjan del voto directo de los afiliados y no producto de un acuerdo entre los diferentes sectores y ramas que integran al justicialismo.

Sin embargo, los sectores más afines a Cristina Fernández de Kirchner, defienden la continuidad de la ex mandataria al frente del FpV, en incluso desafían a los sectores más tradicionales del peronismo, reclamando una amplitud que exceda al propio PJ.

Hace pocos días, el diputado nacional y virtual vocero de La Cámpora, Máximo Kirchner, explicitó esta posición cuando sentenció: "hay que hacer un FpV grande, que incorpore muchas más visiones, que trascienda las propias fronteras del peronismo, porque si no vamos a terminar en un partido chiquitito, que es lo que necesita este Gobierno que asumió".

Actualmente, el PJ está presidido por el ex gobernador de Jujuy Eduardo Fellner y es secundado por el actual intendente de Resistencia Jorge Capitanich, un aliado de Cristina que suena como posible integrante de la cúpula partidaria.

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