Mucho se discute en estos tiempos en diferentes ámbitos de debate de nuestra sociedad respecto a la ética periodística, la libertad del ejercicio de la prensa, la responsabilidad de los medios en cuanto al tratamiento de las noticias, entre otras cuestiones.
Por estas horas, en medios del ámbito local y nacional, se discute fuertemente sobre ello a partir de la repudiable y vergonzosa publicación del corporativo diario bonaerense MUY, de un conjunto de fotografías de la adolescente Ángeles Rawson en el momento en que fuera hallado su cuerpo sin vida.
Sin embargo, encontramos que algunos de estos mismos medios, se rasgan las vestiduras, se muestran indignados, y se plantean “más papistas que el papa” en cuanto a planteos sobre la ética periodística, pero aún así comparten enlaces o difunden directamente adrede las fotos publicadas por el matutino amarillista pertenecientes a un hegemónico holding nacional. Dicen que nadie puede escapar a los archivos, y rememorando, en algún momento los medios que hoy se compungen, también difundieron directa o indirectamente imágenes macabras o brindaron detalles morbosos de este u otros casos que tomaron trascendencia pública.
Mucho se avanzó desde diversos ámbitos en la formación de periodistas, de comunicadores sociales, y en la difusión de protocolos establecidos para el tratamiento de la información ante casos en donde se vean involucrados niños y adolescentes. También, se dieron grandes saltos de calidad legislativa, como la Ley N° 26.061 de Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, o la misma Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Pero nada de eso, ni el respeto por la dignidad humana, parecen importarle a estos holdings y a las patronales de estos medios a la hora de acrecentar sus capitales.
¿Ética periodística? ¿Periodismo? ¿Doble moralidad en una sociedad que se muestra indignada y a la vez consume lo difundido por estos medios? ¿Doble moralidad en algunos medios de comunicación?
Según consideran algunos expertos en la materia, tener doble moral es no tener ninguna moral, es torcer las cosas para que siempre le convengan al interesado. ¿Se puede vivir sanamente sin coherencia entre lo que se cree, se dice y lo que se hace?
La Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual señala que “la concepción de la información y la comunicación como servicio social y como fundamento para el ejercicio del derecho humano a la comunicación implica, centralmente, el respeto de los derechos de las personas, el cual resulta avasallado toda vez que sus imágenes son expuestas violando su intimidad y dignidad. El desconocimiento de los derechos personalísimos de las personas obliga a esta Defensoría a promover, siguiendo los lineamientos nacionales e internacionales en la materia, la reflexión crítica y responsable acerca de la tarea de los medios de comunicación y sus formas de abordaje de noticias…”.
Asimismo, el artículo 3 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual postula, en su inciso D, que uno de los objetivos de esta norma es “la defensa de la persona humana y el respeto a los derechos personalísimos”. A su vez, la misma ley procura evitar la producción y difusión de imágenes y dichos que menoscaben la dignidad humana o que resulten perjudiciales para la integridad de los niños, niñas y adolescentes. Aún nuestra Constitución Nacional en su artículo 75 inciso 22, incorpora la Convención Internacional sobre Derechos del Niño" normativa que establece "la prohibición de injerencias arbitrarias o ilegales en la vida privada de los niños y a la protección de la ley contra dichas injerencias".
La publicación de MUY y la difusión de las imágenes por parte de otros medios es repudiable. No es el fin del periodismo, es peor que eso. ¿Cuál es límite? ¿Cuál es nuestro límite?
Especial para La Hora de Salta