Avance de la frontera agropecuaria, su pasado y las proyecciones a futuro
10/02/2012
Argentina tiene 33 millones de hectáreas dedicadas a la siembra de granos, de las cuales más de 18 millones de hectáreas son de soja. A partir de los 90´ comenzó un crecimiento casi exponencial en la expansión de la frontera agrícola, siendo el principal impulsor el cultivo de soja. A pesar que ya en el país este poroto encabezaba la superficie sembrada, lo impulsaron aun más su alta rentabilidad, un mercado sólido, las nuevas tecnologías y un ambiente favorable para el crecimiento y desarrollo de la leguminosa.
Este sistema es la base económica de muchos países en vías de desarrollo. En nuestro país este modelo prioriza la producción de carne, cereales y oleaginosas, participando el grano de soja en un 60 % de la superficie total cultivada del país, con un rendimiento aproximado a los 18 millones de toneladas, lo cual lo convierte en uno de los principales exportadores del mundo.
El crecimiento de la frontera agrícola se fue dando a partir de un cambio en la toma de decisiones en los sistemas productivos (se pasa de ganadería a agricultura), la incorporación del doble cultivo trigo-soja y la exploración de nuevos territorios. A principios de esa década (90´) había un total de 22 millones de hectáreas en producción, de los cuales se destinaban a ganadería más de un 70 % de las tierras con potencial agrícola. Actualmente la ganadería quedó marginada con un porcentaje muy pequeño en la asignación de tierras y la superficie productiva ascendió a 33 millones de hectáreas. El plan estratégico agroalimentario que comenzó en mayo del año pasado, plantea políticas para mejorar los sistemas productivos del país buscando abarcar todos los sectores agroindustriales. Algunos de sus objetivos lanzados por el gobierno es alcanzar para el año 2020 los 160 millones de toneladas de grano y ampliar la frontera productiva a 42 millones de hectáreas.
Estos cambios de las últimas dos décadas en los sistemas productivos y el avance de la frontera agrícola han mostrado como contracara, índices poco alentadores en la distribución de tierras como en aspectos ambientales y sociales.
Los bosques son los más afectados por la expansión agrícola, la deforestación a puesto en estos días en una situación crítica la sobrevivencia de muchos de los ecosistemas nativos de las distintas regiones del país. Las provincias más afectadas por el desmonte han sido Santa Fe y Córdoba, con menos del 5 % del bosque nativo. Del 96 al 2006 se llegaron a deforestar 2 hectáreas por segundo. Lo que llevó en ese mismo año ha elaborar la ley de bosques que se acepto en el 2007. Una de las consecuencias de la deforestación es el cambio climático (temperaturas más extremas, sequías, disminución de las fuentes hídricas), amenazan bajas en rendimiento de muchos de los cultivos de secano (sin riego) y promovió en África a plantear junto a la FAO una agricultura climáticamente inteligente, para poder hacer frente a sus consecuencias y pérdidas de los recursos naturales.
Una investigación del Inta en el uso de la tierra en el país afirma que: según el Censo Agropecuario del año 1988 había en Argentina 421.221 empresas agropecuarias. En el Censo del año 2002 se contabilizan, luego de 14 años, 333.533 EAP; es decir, 87.688 empresas menos y conforme los datos preliminares del CNA 2008 publicados para diciembre de 2010 indica que habría 56.952 explotaciones menos que en 2002. Lo más importante es el avance del arrendamiento como mecanismo para ocupar y trabajar más tierras, pues creció entre 1988 y el 2002 un 64%. Algunos de estos datos ilustran la gran migración de productores del campo a las ciudades, concentración de tierras y una disminución en la diversidad productiva.
El concepto de Soberanía Alimentaria, como contrapartida, fue presentado como nuevo paradigma por La Vía Campesina en la cumbre de la FAO (organizaciones de las naciones unidas) en 1996. Revaloriza al hombre y los recursos naturales como ejes de todo sistema productivo. Da prioridad a las economías y mercados locales, como nacionales en la producción alimentaria, distribución de las tierras y el consumo en cantidad y calidad. Actores representantes de estas propuestas, afirman: que es esta la forma de producir la que verdaderamente provee de alimentos a la humanidad, teniendo un principal cuidado en la conservación del bosque, su sistema suelo y aspectos sociales.
Autor: Ing. Agrónomo Mario López
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