Salteños de Peña y Mar: Grupo Peña de la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina

17/12/2011

Ángel Agustín Raúl Aylan y Luis Mamani son algunos de los cientos de aspirantes navales de Salta que ingresan a las filas de la Armada Argentina, en su caso a la Escuela de Suboficiales. Agustín y Luis, además de estudiar una especialidad en la carrera naval, integran el Grupo Peña donde desarrollan actividades relacionadas con el baile.

Agustín Aylan nació en Joaquín V. González y Luis Mamani en la capital salteña. Ambos salteños ingresaron a la Armada el año pasado y son Aspirantes Navales de Segundo Año; Agustín estudia para ser informático y Luis enfermero. El primero ingresó porque tenía amigos en la Armada y en el caso de Luis, un hermano, quien actualmente es infante de Marina.

Peña es “una reunión de amigos” y tiene este significado para los dos jóvenes de Salta como para el resto de sus compañeros del Grupo Peña, unos 60 chicos de 18 a 25 años, aspirantes de primero y segundo año en la Escuela de Suboficiales. Creada en el 2007, la peña desarrolla dos actividades principalmente, la danza y la música.

Así como los oriundos de Salta, hay jóvenes de Jujuy, Tucumán, Santa Fe, Catamarca, San Luis, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, San Juan y distintas localidades de Buenos Aires. Ellos bailan zamba, chacarera, escondido, gato, saya, tango y salsa, y nuevos estilos como el hip hop, el reggaeton y el popping. Agustín y Luis integran este grupo de baile; el primero hace hip hop y Luis, saya, un clásico norteño.

El grupo dedicado a la música toca varios instrumentos de cuerda, viento y percusión entre ellos el piano, violín, sicux, quena, charango, guitarra criolla y eléctrica, octapad, güiro y timbal. También formaron dos bandas, La Jerarquía que hace cumbia y Aracna Caru --que en lengua aymara significa “todos juntos”-- es un grupo instrumental que interpreta temas del folcklore argentino y latinoamericano.

Los primeros convocados para el desafío de organizar y coordinar la peña de la escuela fueron los suboficiales Carlos Valentino y Anselmo Tejada. El primero, se encarga del grupo de música, y Tejada los guía en los pasos de baile.

“Algo mágico ocurre cuando bailan e interpretan las partituras, se transportan a su tierra”, dijeron los suboficiales, quienes coinciden en la idea de que el objetivo de los jóvenes es recibirse como cabos segundos de la Armada y no como artistas.

“Sin embargo –destacaron-- desarrollar este aspecto artístico, con talento y dedicación ha demostrado que favorece a la unión del grupo, potencia logros académicos, además de representar positivamente a la Escuela de Suboficiales en la comunidad, principalmente de Punta Alta --ciudad cercana a la Base Naval Puerto Belgrano-- donde está ubicada la escuela”.

Y los salteños sienten esa magia cuando se encuentran en el escenario y en cada momento que participan de la peña.

“Cado uno viene de distintas provincias, compartimos lo que traemos en mi caso, la saya, y las ganas de aprender otros estilos; la peña es un espacio de hermandad, de diversión y distracción”, sintetizó Luis Mamani. “La peña también me ayudó a no extrañar tanto mi provincia, salir de la rutina de las materias y conocer nuevos amigos”, agregó.

“Fue bueno encontrarme con un grupo que hace hip hop porque lo tradicional en Salta es el folcklore y como este estilo es bien moderno, no siempre te reciben bien”, dijo Agustín, quien empezó a bailar de adolescente en concursos para juntar fondos y realizar viajes de egresados en su provincia.

“Nunca imaginé que iba a haber una peña en la escuela y que iba a poder bailar saya, menos”, exhortó Luis. “La saya es parte de las tradiciones del norte y la bailo desde chico.”

Salta añorada

Agustín explicó que dejar la familia en Salta no fue fácil, “tengo 5 hermanos y soy el tercero; tengo a mis padres y a mi abuela paterna además de tíos y primos, a todos allá. Extraño no poder verlos todos los días. Fue un cambio rotundo para mí, pero del que no me arrepiento, ya que encontré mi vocación”, introdujo el nacido en Joaquín V. González.

Él estaba estudiando Analista de Sistemas en la Universidad de Salta con la ayuda de sus padres pero quería hacer algo por él y que les pesara menos a ellos, “por eso, lo que motivó mi ingreso fue la idea de independizarme y como tenía amigos que ya habían ingresado a la Armada empecé a averiguar cómo podía hacerlo yo.”

Hoy no sólo está próximo a su egreso como informático sino que durante la carrera naval se destacó entre otros aspirantes y es dragoneante de segunda.

“Los dragoneantes se eligen al finalizar el primer año por aptitud militar y promedio de notas finales. La elección es entre todas las especialidades de la carrera y todos los compañeros; hay dragoneantes mayores, principales, de primera y segunda donde se respeta una jerarquía. Es un orgullo para mí porque las responsabilidades aumentan”, afirmó Agustín.

A Luis también lo motivó la idea de no hacer cargo a sus padres de su estudio. “Ya me gustaba la enfermería y me inscribí dispuesto a entrar. Buscaba una forma de independizarme y realizarme. Un hermano ya había ingresado, él es infante de Marina y hoy se encuentra destinado en Zárate”, contó el oriundo de la capital.

“De Salta extraño a mi padres, abuelo, a mis 5 hermanos y los chicos de la Iglesia San Francisco Solano; estaba encargado de catequesis y la infancia misionera y trabajaba con el ministerio de música y canto. También extraño los canelones de mamá”, sonrió Luis. Agustín apuntó “yo extraño el locro de casa”.

Aunque extrañan su provincia afirman que la experiencia los ha hecho crecer, “desde que llegué me pasa que voy despertando sentimientos interiores, pienso en cosas que nunca hubiera imaginado hacer; por eso a los jóvenes de Salta les diría que se animen a vivir una experiencia nueva, que no dejen de intentarlo”, concluyó Luis mientras Agustín asentía.
Fuente: Gaceta Marina

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