¿Ante quién jurará Cristina?

18/11/2011

¿Ante quién jurará Cristina?
El vicepresidente de la Nación piensa cumplir con lo que dice la Constitución, aunque podría contemplar algún pedido del Gobierno para ausentarse en la Asamblea Legislativa. En ese caso, el rol caerá en manos del presidente provisional de la Cámara alta, cuyo nombre, según admitieron fuentes legislativas, todavía es incierto.
Por ahora, y si no se produce alguna sorpresa, el vicepresidente de la Nación y titular del Senado, Julio Cobos, será el encargado de tomarle juramento a la primera mandataria, Cristina Fernández, y a su compañero de fórmula, Amado Boudou, en principio, el 10 de diciembre.
La Constitución nacional expresa, en su artículo 93, que “al tomar posesión de su cargo, el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de: ‘desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina’”.
“Voy a cumplir con la Constitución hasta el último día de mi mandato”, aseguró Cobos hace unos días ante la consulta puntual respecto de qué hará el 10 de diciembre. Sin embargo, el mendocino podría llegar a contemplar algún pedido especial del Gobierno para que se ausente en la Asamblea Legislativa, ante el momento embarazoso que podría suponer esa instancia entre quienes fueron compañeros de fórmula hace apenas cuatro años.
En ese sentido, el actual titular de la Cámara alta señaló: “Si hay alguna otra variante, la puedo contemplar, por supuesto. Soy un hombre razonable y no quiero incomodar a nadie. Si viene algún pedido especial, entenderé la situación”.
Si Cobos decide no participar de la Asamblea Legislativa, la función de tomarle juramento a Fernández de Kirchner y a Boudou caerá en manos del presidente provisional del Senado, cuyo nombre todavía es incierto. El actual es el bonaerense José Pampuro, pero su mandato como legislador termina con el inicio del 10 de diciembre.
En ese sentido, una importante fuente del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara alta sostuvo a Parlamentario: “La decisión en cuanto al presidente provisional del Senado pasa exclusivamente por Cristina Fernández de Kirchner. Es una decisión que todavía está pendiente”.
La jura de los nuevos 24 senadores se realizará el miércoles 30, a partir de las 11, en el recinto de la Cámara alta. Hasta ahora, todo lo que se ha dicho en torno a quien será el segundo en la línea de sucesión presidencial, es producto de la imaginación. La única propietaria del secreto es la propia presidenta de la Nación, que seguramente ya debe tener el nombre in pectore, pero no se lo ha revelado ni siquiera al eventual elegido.
Mucho se ha especulado con la posibilidad de que el elegido sea el bonaerense Aníbal Fernández, actual jefe de Gabinete, en el caso de que como en la actualidad la elección recaiga en un bonaerense. También circula el nombre del chubutense Marcelo Guinle, un pingüino de la primera hora que fue precisamente presidente provisional en la primera etapa de la presidencia de Néstor Kirchner. Y como “el tapado”, podría ponérsele alguna fichita al neuquino Marcelo Fuentes, otrora compañero de militancia de Néstor Kirchner.
Como están las cosas, el misterio se extenderá seguramente el máximo de tiempo posible, aunque debería conocerse en el transcurso de la próxima semana.
Los preparativos de la jura
Otra fuente de la Cámara alta manifestó a Parlamentario que el jueves 24 de noviembre se realizará una reunión conjunta entre todas las áreas técnicas de Senadores y Diputados para organizar la Asamblea Legislativa del 10 de diciembre.
Algunas de las áreas son, entre otras, Ceremonial, Prensa, Secretaría Parlamentaria y Policía Federal. Además no se descarta que participen del cónclave integrantes del círculo que acompañará durante los próximos cuatros años al actual ministro de Economía y futuro vicepresidente de la Nación, Amado Boudou.
Lo nuestro no pudo ser
Fue Néstor Kirchner quien eligió a Julio César Cleto Cobos como compañero de fórmula de su esposa en 2007. Eran tiempos en que el santacruceño apostaba fuerte a la transversalidad, que tiempo después quedaría definitivamente sepultada, recostándose en cambio el kirchnerismo en el aparato justicialista.
Kirchner eligió entonces a Cobos por ser el gobernador radical de una provincia importante, con el que tenía una innegable buena sintonía. Pero el entonces vicepresidente electo no tardó en percibir que no todas serían rosas en su alianza con el kirchnerismo, ya que quien había elegido como delfín para sucederlo en la provincia, César Biffi, resultó derrotado a manos del entonces senador kirchnerista Celso Jaque. Recientemente expulsado de la UCR, se manifestó “profundamente consternado” por la derrota de su candidato, pero también apuntó hacia la UCR nacional, a la que demandó “una autocrítica”. Habló entonces de que el país necesitaba que haya “un radicalismo fuerte”.
Eran tiempos del radicalismo K, personificado bajo el nombre “Concertación Plural”. Entonces contaban con cuatro diputados que acababan de ser electos: Daniel Katz, Norberto Erro, Laura Montero y Juan Carlos Scalesi.
Cristina y Cobos no tuvieron mucho contacto durante la campaña, que recayó fundamentalmente en los hombros de la candidata presidencial. La ruptura sobrevino en 2008, apenas seis meses después de haber asumido la fórmula presidencial. Pero antes del 17 de julio del “voto no positivo” del mendocino, el vicepresidente se había diferenciado del kirchnerismo, tratando de mostrarse más dispuesto al diálogo en plena confrontación con el campo. El hablaba entonces de la posibilidad de que la 125 pasara por el Parlamento como los representantes del campo reclamaban, y por eso Cobos celebró como un éxito propio cuando la presidenta anunció finalmente que ese decreto se transformaría en un proyecto de ley que debería ser discutido en el Congreso.
Después de desempatar a favor del campo, Cobos visitó la Casa de Gobierno el 30 de julio. Fue la última vez que estuvo frente a frente con Cristina, más allá de los excepcionales encuentros de las aperturas de sesiones ordinarias. La reunión fue a puertas cerradas y los medios de comunicación ni pudieron acercarse. Ni una foto se sacaron juntos la presidenta y su vice, en el primer encuentro que mantuvieron tras el rechazo del vicepresidente a las retenciones móviles. La confirmación del encuentro había correspondido al entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa, quien como no quiere la cosa había cerrado un diálogo con la prensa diciendo que “ya que la Presidenta tiene un hueco en la agenda, recibirá al vicepresidente”.
El encuentro se extendió durante 45 minutos y se descuenta que fue “a cara de perro”. Massa calificó la reunión como “sobria y seria” y dijo que en la misma Cristina “fue muy profunda y sincera en el diálogo”.
Cobos no volvió nunca más a la Casa de Gobierno y sólo se encontró con Cristina, como dijimos, los primeros de marzo de los tres años siguientes. De todos, el reencuentro más esperado fue sin dudas el de 2009, por ser el primero y cuando el vicepresidente mantenía un buen porcentaje de adhesión de la sociedad. En esa ocasión se cruzaron sin mirarse y sólo se dieron dos apretones de mano. El primer saludo de la presidenta fue al ingresar al Parlamento donde fue recibida por los titulares de ambas cámaras. Por ende, no pudo esquivar el saludo a Cobos, a quien sólo le dio la mano sin mirarlo. Durante el mensaje a los diputados y senadores, Cristina deslizó elípticamente muchas críticas a las posiciones políticas que adoptó Cobos a partir del conflicto con el sector agropecuario. “Hay que lograr tener dirigentes responsables, que actúen sin fines políticos ante una crisis importante”, manifestó la mandataria. A pesar de ser muy fuertes las críticas hacia Cobos, el vicepresidente sólo la miraba asintiendo con su cabeza pero sin demostrar mayor molestia.
La transmisión oficial omitió planos con el objetivo de evitar mostrar al vicepresidente que estaba ubicado al lado de Cristina. Sólo se mantuvo en pantalla mientras era aludido aunque sin ser mencionado. Al finalizar el discurso, Cristina fue saludada por quien estaba del otro lado, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, y luego al darse vuelta, estuvo muy cerca de pegarle a Cobos un codazo.
Pero al pararse para irse, Cristina dio otro “golpe” y lo dejó esperando el beso de despedida que sí le dio al presidente provisional del Senado, José Pampuro, y a Fellner.
Habrá que reconocerle a Cobos el valor de su palabra. Siempre dijo que no renunciaría y que, por el contrario, se mantendría hasta el último día del mandato para el que fue elegido. Pero tal vez entonces tenga que irse sin siquiera saludar a quien fue su compañera de fórmula.

cristina_cobos

El vicepresidente de la Nación piensa cumplir con lo que dice la Constitución, aunque podría contemplar la actual situación en la relación con la Presidente para ausentarse en la Asamblea Legislativa. En ese caso, el rol caerá en manos del presidente provisional de la Cámara alta, cuyo nombre, según admitieron fuentes legislativas, todavía es incierto.

Por ahora, y si no se produce alguna sorpresa, el vicepresidente de la Nación y titular del Senado, Julio Cobos, será el encargado de tomarle juramento a la primera mandataria, Cristina Fernández, y a su compañero de fórmula, Amado Boudou, en principio, el 10 de diciembre.

La Constitución nacional expresa, en su artículo 93, que “al tomar posesión de su cargo, el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de: ‘desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina’”.

“Voy a cumplir con la Constitución hasta el último día de mi mandato”, aseguró Cobos hace unos días ante la consulta puntual respecto de qué hará el 10 de diciembre. Sin embargo, el mendocino podría llegar a contemplar algún pedido especial del Gobierno para que se ausente en la Asamblea Legislativa, ante el momento embarazoso que podría suponer esa instancia entre quienes fueron compañeros de fórmula hace apenas cuatro años.

En ese sentido, el actual titular de la Cámara alta señaló: “Si hay alguna otra variante, la puedo contemplar, por supuesto. Soy un hombre razonable y no quiero incomodar a nadie. Si viene algún pedido especial, entenderé la situación”.

Si Cobos decide no participar de la Asamblea Legislativa, la función de tomarle juramento a Fernández de Kirchner y a Boudou caerá en manos del presidente provisional del Senado, cuyo nombre todavía es incierto. El actual es el bonaerense José Pampuro, pero su mandato como legislador termina con el inicio del 10 de diciembre.

En ese sentido, una importante fuente del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara alta sostuvo a El Parlamentario: “La decisión en cuanto al presidente provisional del Senado pasa exclusivamente por Cristina Fernández de Kirchner. Es una decisión que todavía está pendiente”.

La jura de los nuevos 24 senadores se realizará el miércoles 30, a partir de las 11, en el recinto de la Cámara alta. Hasta ahora, todo lo que se ha dicho en torno a quien será el segundo en la línea de sucesión presidencial, es producto de la imaginación. La única propietaria del secreto es la propia presidenta de la Nación, que seguramente ya debe tener el nombre in pectore, pero no se lo ha revelado ni siquiera al eventual elegido.

Mucho se ha especulado con la posibilidad de que el elegido sea el bonaerense Aníbal Fernández, actual jefe de Gabinete, en el caso de que como en la actualidad la elección recaiga en un bonaerense. También circula el nombre del chubutense Marcelo Guinle, un pingüino de la primera hora que fue precisamente presidente provisional en la primera etapa de la presidencia de Néstor Kirchner. Y como “el tapado”, podría ponérsele alguna fichita al neuquino Marcelo Fuentes, otrora compañero de militancia de Néstor Kirchner.

Como están las cosas, el misterio se extenderá seguramente el máximo de tiempo posible, aunque debería conocerse en el transcurso de la próxima semana.

Los preparativos de la jura

Otra fuente de la Cámara alta manifestó a Parlamentario que el jueves 24 de noviembre se realizará una reunión conjunta entre todas las áreas técnicas de Senadores y Diputados para organizar la Asamblea Legislativa del 10 de diciembre.

Algunas de las áreas son, entre otras, Ceremonial, Prensa, Secretaría Parlamentaria y Policía Federal. Además no se descarta que participen del cónclave integrantes del círculo que acompañará durante los próximos cuatros años al actual ministro de Economía y futuro vicepresidente de la Nación, Amado Boudou.

Lo nuestro no pudo ser

Fue Néstor Kirchner quien eligió a Julio César Cleto Cobos como compañero de fórmula de su esposa en 2007. Eran tiempos en que el santacruceño apostaba fuerte a la transversalidad, que tiempo después quedaría definitivamente sepultada, recostándose en cambio el kirchnerismo en el aparato justicialista.
Kirchner eligió entonces a Cobos por ser el gobernador radical de una provincia importante, con el que tenía una innegable buena sintonía.

Pero el entonces vicepresidente electo no tardó en percibir que no todas serían rosas en su alianza con el kirchnerismo, ya que quien había elegido como delfín para sucederlo en la provincia, César Biffi, resultó derrotado a manos del entonces senador kirchnerista Celso Jaque. Recientemente expulsado de la UCR, se manifestó “profundamente consternado” por la derrota de su candidato, pero también apuntó hacia la UCR nacional, a la que demandó “una autocrítica”.

Habló entonces de que el país necesitaba que haya “un radicalismo fuerte”. 
Eran tiempos del radicalismo K, personificado bajo el nombre “Concertación Plural”. Entonces contaban con cuatro diputados que acababan de ser electos: Daniel Katz, Norberto Erro, Laura Montero y Juan Carlos Scalesi.

Cristina y Cobos no tuvieron mucho contacto durante la campaña, que recayó fundamentalmente en los hombros de la candidata presidencial. La ruptura sobrevino en 2008, apenas seis meses después de haber asumido la fórmula presidencial. Pero antes del 17 de julio del “voto no positivo” del mendocino, el vicepresidente se había diferenciado del kirchnerismo, tratando de mostrarse más dispuesto al diálogo en plena confrontación con el campo. El hablaba entonces de la posibilidad de que la 125 pasara por el Parlamento como los representantes del campo reclamaban, y por eso Cobos celebró como un éxito propio cuando la presidenta anunció finalmente que ese decreto se transformaría en un proyecto de ley que debería ser discutido en el Congreso.

Después de desempatar a favor del campo, Cobos visitó la Casa de Gobierno el 30 de julio. Fue la última vez que estuvo frente a frente con Cristina, más allá de los excepcionales encuentros de las aperturas de sesiones ordinarias. La reunión fue a puertas cerradas y los medios de comunicación ni pudieron acercarse. Ni una foto se sacaron juntos la presidenta y su vice, en el primer encuentro que mantuvieron tras el rechazo del vicepresidente a las retenciones móviles. La confirmación del encuentro había correspondido al entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa, quien como no quiere la cosa había cerrado un diálogo con la prensa diciendo que “ya que la Presidenta tiene un hueco en la agenda, recibirá al vicepresidente”.

El encuentro se extendió durante 45 minutos y se descuenta que fue “a cara de perro”. Massa calificó la reunión como “sobria y seria” y dijo que en la misma Cristina “fue muy profunda y sincera en el diálogo”.

Cobos no volvió nunca más a la Casa de Gobierno y sólo se encontró con Cristina, como dijimos, los primeros de marzo de los tres años siguientes. De todos, el reencuentro más esperado fue sin dudas el de 2009, por ser el primero y cuando el vicepresidente mantenía un buen porcentaje de adhesión de la sociedad. En esa ocasión se cruzaron sin mirarse y sólo se dieron dos apretones de mano. El primer saludo de la presidenta fue al ingresar al Parlamento donde fue recibida por los titulares de ambas cámaras. Por ende, no pudo esquivar el saludo a Cobos, a quien sólo le dio la mano sin mirarlo. Durante el mensaje a los diputados y senadores, Cristina deslizó elípticamente muchas críticas a las posiciones políticas que adoptó Cobos a partir del conflicto con el sector agropecuario.

“Hay que lograr tener dirigentes responsables, que actúen sin fines políticos ante una crisis importante”, manifestó la mandataria. A pesar de ser muy fuertes las críticas hacia Cobos, el vicepresidente sólo la miraba asintiendo con su cabeza pero sin demostrar mayor molestia. 

La transmisión oficial omitió planos con el objetivo de evitar mostrar al vicepresidente que estaba ubicado al lado de Cristina. Sólo se mantuvo en pantalla mientras era aludido aunque sin ser mencionado. Al finalizar el discurso, Cristina fue saludada por quien estaba del otro lado, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, y luego al darse vuelta, estuvo muy cerca de pegarle a Cobos un codazo. 

Pero al pararse para irse, Cristina dio otro “golpe” y lo dejó esperando el beso de despedida que sí le dio al presidente provisional del Senado, José Pampuro, y a Fellner.

Habrá que reconocerle a Cobos el valor de su palabra. Siempre dijo que no renunciaría y que, por el contrario, se mantendría hasta el último día del mandato para el que fue elegido. Pero tal vez entonces tenga que irse sin siquiera saludar a quien fue su compañera de fórmula.

Más sobre: Política.

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir