Artes, deportes y ciencia, incubadora de talleres y equipos

08/02/2011

Artes, deportes y ciencia, incubadora de talleres y equipos
Mucho se habla de como sacar a los chicos y chicas de la droga, siempre se menciona al deporte, pero raras veces se avanza mas allá en la propuesta.
En primer lugar entre nuestros jóvenes existen muchas vocaciones diversas, no todas deportivas. Por otro lado los clubes tradicionales casi no existen en los diversos barrios, por lo que decir que los chicos deben ir al club no es una solución inmediata. Nuestra sociedad está en un proceso de transformación social: los contenidos en las escuelas no permiten a la gente ubicarse en la nueva realidad, los clubes tradicionales basados en una asociación civil son entidades que requieren un nivel importante de estabilidad y capacidad organizativa.
Debemos crear talleres o equipos de personas comprometidos en distintas actividades, sean artisticas, hay cientos de instrumentos musicales, pintura, danza, etc.. sean deportivas, hay muchisimos deportes,  disciplinas del pensamiento, historia, tecnología, ciencia, y actividades de producción interesantes para jóvenes, tejido, cocina, etc.. Estos talleres no necesariamente deben tener personería jurídica y pueden depender de un grupo relativamente chico de personas. Deben ser dinámicos y basados en el entusiasmo. Desde el punto de vista organizativo se requiere una entidad madre, o una "incubadora de equipos" que resuelva las cuestiones legales, como rendición de subsidios, etc..
Estos talleres deben contar con espacio físico en los CIC, escuelas, etc.. y con profesores comprometidos con el grupo humano que participa, con una visión de largo plazo.
Los talleres deben estar integrados en redes de actividades similares que los nucleen y permitan intercambiar experiencias periódicamente, sean en exposiciones, talleres, concursos, torneos, etc
Podemos cerrar un hotel cada fin de semana e invitar a los más comprometidos de toda la provincia en cada actividad a compartir  ideas, contratando expertos nacionales en esa temática.
Debemos motivar a cada grupo a que llegue a buenos niveles de práctica y motivación sin perder el carácter lúdico de su acción.
En muchos casos la política cultural o deportiva se reduce a financiar grandes orquestas, ballets o equipos deportivos, y está bien que esto se haga, porque sin estas instituciones no tendríamos una fuerza impulsora desde lo motivacional o personas preparadas para actuar como líderes o maestros en estos equipos o talleres. Pero obviamente no puede reducirse a financiar grandes entidades. Debe haber una pirámide de activismo en cada disciplina. Y si bien la cúspide motiva, es la base donde debe ponerse el mayor dinero, pues permite alimentar al resto y soluciona problemas sociales importantes.
Es el tercer sector que debe surgir como respuesta a la incapacidad del sector económico de dar empleos eficientes para todos en una economía moderna subdesarrolada, y la necesidad humana de generar otras actividades.
De esta forma enriqueceremos nuestra sociedad, trasmitiremos saberes, formaremos dirigentes, y tendremos una juventud capaz de enfrentar desafios superiores.
Diego Saravia

diegsaravia

Sr Director
Mucho se habla de como sacar a los chicos y chicas de la droga, siempre se menciona al deporte, pero raras veces se avanza mas allá en la propuesta. En primer lugar entre nuestros jóvenes existen muchas vocaciones diversas, no todas deportivas.

 Por otro lado los clubes tradicionales casi no existen en los diversos barrios, por lo que decir que los chicos deben ir al club no es una solución inmediata.

Nuestra sociedad está en un proceso de transformación social: los contenidos en las escuelas no permiten a la gente ubicarse en la nueva realidad, los clubes tradicionales basados en una asociación civil son entidades que requieren un nivel importante de estabilidad y capacidad organizativa. 

Debemos crear talleres o equipos de personas comprometidos en distintas actividades, sean artisticas, hay cientos de instrumentos musicales, pintura, danza, etc.. sean deportivas, hay muchisimos deportes,  disciplinas del pensamiento, historia, tecnología, ciencia, y actividades de producción interesantes para jóvenes, tejido, cocina, etc..

Estos talleres no necesariamente deben tener personería jurídica y pueden depender de un grupo relativamente chico de personas. Deben ser dinámicos y basados en el entusiasmo.

Desde el punto de vista organizativo se requiere una entidad madre, o una "incubadora de equipos" que resuelva las cuestiones legales, como rendición de subsidios, etc..  

Estos talleres deben contar con espacio físico en los CIC, escuelas, etc.. y con profesores comprometidos con el grupo humano que participa, con una visión de largo plazo. 

Los talleres deben estar integrados en redes de actividades similares que los nucleen y permitan intercambiar experiencias periódicamente, sean en exposiciones, talleres, concursos, torneos, etc.

Podemos cerrar un hotel cada fin de semana e invitar a los más comprometidos de toda la provincia en cada actividad a compartir  ideas, contratando expertos nacionales en esa temática. Debemos motivar a cada grupo a que llegue a buenos niveles de práctica y motivación sin perder el carácter lúdico de su acción. 

En muchos casos la política cultural o deportiva se reduce a financiar grandes orquestas, ballets o equipos deportivos, y está bien que esto se haga, porque sin estas instituciones no tendríamos una fuerza impulsora desde lo motivacional o personas preparadas para actuar como líderes o maestros en estos equipos o talleres. Pero obviamente no puede reducirse a financiar grandes entidades.

Debe haber una pirámide de activismo en cada disciplina. Y si bien la cúspide motiva, es la base donde debe ponerse el mayor dinero, pues permite alimentar al resto y soluciona problemas sociales importantes.

Es el tercer sector que debe surgir como respuesta a la incapacidad del sector económico de dar empleos eficientes para todos en una economía moderna subdesarrolada, y la necesidad humana de generar otras actividades.

De esta forma enriqueceremos nuestra sociedad, trasmitiremos saberes, formaremos dirigentes, y tendremos una juventud capaz de enfrentar desafios superiores.

Diego Saravia

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