(Imagen ilustrativa) La mujer lo acusó penalmente y su relato fue tan tremendo que la sumariante rompió en llanto y no pudo seguir.
La esposa del contador Marcelo David Torino Dantur (44), una licenciada en letras cuyo nombre se mantiene en reserva por razones obvias, se presentó ayer ante la fiscal penal 4, Liliana Jorge, y acusó formalmente a su marido por presunto abuso sexual de los tres hijos de ambos, dos nenas de 12 y 8 años, y un varón de cinco.
La mujer, que es docente y tiene tres trabajos que ejerce desde las 7.30 a las 21.30 diariamente, hizo un descarnado relato de sus trece años de convivencia con el hombre, detenido y acusado de corrupción de menores y distribución de material pornográfico e investigado policial y judicialmente como posible integrante de una red internacional de pedofilia y de traficar con material de ese tipo.
El testimonio de la docente, de 37 años, fue tan crudo que la sumariante a cargo de la tarea rompió en llanto en dos oportunidades, y finalmente debió ser reemplazada por una colega capaz de soportar el tono angustiante de sus palabras.
Torino Dantur fue aprehendido el martes 17, cuatro días después de que su domicilio, en el barrio Tres Cerritos, fuese allanado por efectivos de la División de Inteligencia Criminal de la Policía a raíz de la denuncia de la mamá de una compañera de colegio de su hija, quien descubrió que “alguien” chateaba con la nena, de 11 años, y le mandaba mensajes de texto de tono sexual.
Con esos datos, los detectives llegaron a Torino Dantur y descubrieron que en una especie de oficina del sujeto, en la que había dos computadoras y cajoneras cerradas con llave, había un impresionante archivo de videos, fotografías, publicaciones pornográficas y hasta un diario de vida con anotaciones de puño y letra de los encuentros sexuales del acusado con menores y mayores.
El lunes presentará una demanda de divorcio, quita de patria potestad y cambio de identidad familiar.
La mujer, al tenor de lo descubierto, comenzó a atar cabos y a comprender las razones de las conductas extrañas de sus hijos, que pasaban todas las mañanas con su padre, quien no trabajaba en nada, pese a que, extrañamente, se manejaba en un automóvil Volkswagen Suran de última generación y guardaba en diferentes escondites, a espaldas de su familia, $ 60.000 en efectivo.
La esposa del hombre dijo que a quien le notaba mayores trastornos de personalidad era a su hija de 12 años, quien solía repetir cuando estaba a solas con ella “ojalá que mi papá se muera”, y que su hijito de 5 años se había puesto como loco y la había atacado gritándole “por qué me hacés esto”, cuando lo llevó, luego de estallar el secreto de su marido, a que lo revisara un médico.
La esposa explicó que por razones económicas se retiraba del hogar al clarear el día y regresaba a la noche, y que “los chicos se quedaban con él”, ya que “trabajaba poco”, sospechando que durante este tiempo pudieron ocurrir abusos contra los niños.
Con sollozos permanentes, la docente, que es asistida en el plano penal por el abogado Aldo Primucci, relató que jamás pudo saber de dónde su esposo sacaba dinero y menos cómo logró comprar su vehículo, que sólo lo usaba él, ya que ella, que viajaba por la ciudad para cumplir sus tareas en tres colegios distintos, lo hacía en colectivo.
Contó que nunca tuvo claridad, ya que era una persona violenta, que les pegaba a todos y a quien soportó “por miedo”, aunque nunca sospechó, hasta ahora, la clase de persona que realmente era. Describió a Torino Dantur como “una persona aislada socialmente; no tiene amigos ni contactos familiares, de mal carácter, cambiante”.
En su narración la mujer aportó un dato clave, que podría reflejar la personalidad y el grado de perversidad del acusado. “Recurrentemente hacía comentarios contra los pedófilos. Como que “habría que matarlos a todos los pedófilos; los curas son todos pedófilos; que no vaya al almacén porque todos son pedófilos; los que están en el gobierno son todos pedófilos”, recordó en su denuncia.
Asimismo, añadió que por las noches “se ponía más violento, con gritos e insultos, para quedarse con la computadora hasta las dos o tres de la madrugada”.
Entre otros detalles, la desesperada mujer, que juró haber vivido con miedo, por las amenazas y las agresiones, destacó que Torino Dantur dormía solo en el cuarto de su hijo, ubicado frente a la habitación de las niñas, y lo mandaba al varoncito a dormir con ella. “Cuando le preguntaba, qué te pasa, por qué no podés dormir, me respondía: ‘Es que me acosan los fantasmas’”.
Durante su traumática exposición la mujer solicitó la realización de exámenes psicológicos y psiquiátricos para los tres niños. Con relación a este punto, su abogado, Aldo Primucci, aseguró que “con un examen en cámara Gesell ( un lugar acondicionado especialmente para evitar la revictimización) se sabrá la verdad”.
Fte El Tribuno