La diputada provincial Virginia Cornejo (PPS) presentó un proyecto de Declaración por el cual la Cámara de Diputados expresa “su más enérgico repudio a la práctica - inédita en la historia de la Provincia hasta el día 1 de junio de 2009 – de realizar el sorteo de vehículos en un acto político electoral, por cuanto la misma constituye un acto de flagrante desvirtuación de la política y de los principios que deben regir la democracia y un enorme retroceso en la calidad de nuestras prácticas ciudadanas, que debe ser enérgica y públicamente rechazado por todos los sectores, para impedir que se consolide un precedente de abierta manipulación clientelista de la voluntad popular”.
FUNDAMENTOS
“El lunes 1 de junio se produjo en nuestra Provincia un hecho histórico. Y no es un hecho bueno. En el estadio DELMI, en la Capital Provincial, se realizó el acto de lanzamiento de campaña de un candidato a Diputado Nacional, y en ese acto se procedió a realizar el sorteo de un automóvil 0 Km y varias motocicletas.
La primera noticia surgió de la distribución, durante la semana previa, de un folleto muy particular. En el mismo, además de hacer referencia al lanzamiento de la candidatura en cuestión y a que se contaría con la presencia de un dirigente sectorial muy importante a nivel nacional, se detalló la actuación de algunos grupos de música y de humoristas. Pero lo que llamaba la atención poderosamente era que en el centro del folleto se podía observar una importante fotografía de un flamante automóvil rodeado de algunas motocicletas, con una leyenda que indicaba que se realizaría el sorteo de estos vehículos. Se especificaba claramente y en letra grande dos cuestiones: que el sorteo se realizaría el mismo día del acto y que el ganador tenía que estar presente para hacerse acreedor al premio.
La parte posterior del folleto estaba cuadriculada con una serie de cupones, para ser recortados y llenados con sus datos personales por las personas que quisieran participar del acto y el sorteo.
La primera reacción que nos produjo el folleto fue estupor. Nos encontrábamos ante una manifestación explícita de la voluntad de manipular al electorado atrayéndolo por medios que nada tienen que ver con la política ni con la democracia, un retroceso gigantesco en la calidad de nuestra política.
Nadie va a negar que existen las prácticas clientelistas. Todos los años electorales tenemos denuncias al respecto. Se trata de prácticas repudiables que debemos combatir. Cómo no vamos a combatir entonces la cristalización pública y explícita de esta actitud.
Nadie se opondrá a la generosidad de cualquier ciudadano, que desee donar, por medio de un sorteo, un bien de valor. Lo que es inadmisible es que esa muestra de generosidad se contamine con una finalidad política, o viceversa, que la política se contamine con “regalos” de este tipo. La manera en que se hacía el sorteo, exigiendo la presencia del ganador es admisible y lógica tal vez si se trata de un acto a beneficio de una institución de bien público, o si se enmarca en un acto de naturaleza eminentemente comercial. No es admisible, en cambio, en un acto político. Si lo admitimos, si dudamos, ello obedece a que nos hemos acostumbrado a no sorprendernos por nada.
La segunda reacción, casi inmediata, fue recurrir a la justicia para detenerlo. Sin embargo, por el momento en que llegó el folleto a nuestras manos no había tiempo suficiente para lograr un resultado útil. Era además un acto netamente político, cuya contradicción debe ser eminentemente política también.
Tal vez sea necesario determinar legislativamente la prohibición de incurrir en este tipo de prácticas, para que nunca más vuelva a repetirse. Sin embargo, mientras eso no suceda, como políticos debemos oponernos, si queremos ser parte de una política seria, honesta y respetuosa de ese pueblo al que decimos servir. Al pueblo no se lo respeta con regalos. Mucho menos con regalos interesados.
Por ello solicito a todos mis colegas diputados la aprobación del presente proyecto”.
Fte Prensa PPS