El fenómeno de la violencia en las escuelas dejó de tener el arquetipo del alumno que golpea a un compañero para ser el de aquel que se burla, lo insulta o le rompe los útiles o pertenencias, para lo cual los especialistas afirman que es en el ámbito de la escuela donde se debe trabajar para atenuar estos niveles de conflictividad.
El último estudio del Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación, revela que más de la tercera parte de los alumnos dice haber sido víctima de la rotura de sus útiles o pertenencias de parte de sus compañeros.
Los gritos, las burlas y los insultos le siguen en importancia en estas nuevas formas de violencia escolar y sólo un 7% de los encuestados dice estar sufriendo la exclusión y el aislamiento de su grupo de pertenencia como forma de violencia.
El estudio agrupa a estas nuevas formas de violencia escolar bajo el nombre de "incivilidades" y las sitúa por encima de la agresión física propiamente dicha, que pueden ser las amenazas, los golpes, las amenazas o golpes de patotas y el robo por la fuerza o por medio de esas patotas.
La coordinadora de programas del Ministerio de Educación para la construcción de ciudadanía en las escuelas, Mara Brawer, dijo a Télam que "el fenómeno de violencia en las escuelas está presente y es preocupante por las nuevas formas que son el maltrato y la agresión verbal".
Para Brawer es indispensable que "la escuela como institución asuma el rol, en su propio ámbito, de resolver situaciones de conflictividad entre los alumnos, trabajando con estrategias en las que se puedan construir legalidades compartidas entre todos los actores de la comunidad escolar".
"Es necesario consensuar legalidades para lo cual debe haber necesariamente una participación estudiantil. Este es un proceso a mediano y largo plazo, como todo en el ámbito educativo, aunque tampoco hay que descartar la sanción para aquel alumno que trasgrede una norma", dijo Brawer.
Las incivilidades a las que hace referencia el estudio del Observatorio "disminuyen a medida que aumenta el nivel de escolaridad", destaca el informe y agrega: "De cada cuatro alumnos afectados por incivilidades en la escuela primaria y el primer ciclo de la secundaria, hay tres en el Polimodal".
Indica también que "es mayor el porcentaje de varones que dice haber sido víctima de incivilidades que de mujeres, especialmente en lo que tiene que ver con burlas, insultos y rotura de útiles".
Brawer afirmó que "la trasgresión de una norma de parte de un alumno tiene que tener su consecuencia a partir de una sanción o una amonestación, pero estamos en la escuela y la escuela es un lugar para educar, por lo que es importante como se aplica esa sanción".
"Las normas, si están consensuadas, cuando el chico las trasgrede, sabe porque se lo sanciona, se le fundamenta y en esto es distinto a como era antes cuando se tiraba una tiza al pizarrón y, de acuerdo al humor de la maestra, se aplicaba una mayor o menor sanción de manera arbitraria", explicó la funcionaria.
Brawer dijo que de todas las incivilidades que esgrimen los estudiantes "la que más preocupa es la burla ya que vienen siempre atadas a la discriminación, especialmente hacia chicos de países limítrofes, y, para eso, desde el Ministerio construimos el programa de construcción de ciudadanía".
En este sentido, el estudio del Observatorio destaca que la rotura de útiles y pertenencias se da más en aquellos chicos que cursan en escuelas privadas mientras que el fenómeno de la burla, es más propiedad de alumnos de escuelas estatales.
El informe especifica que los chicos con situaciones más vulnerables son víctimas en mayor medida de todas estas "incivilidades", y que la mayor diferencia entre alumnos vulnerables de los que no lo son se da en el rubro exclusión.
Brawer explicó que de acuerdo a los resultados del informe estas nuevas formas de violencia "disminuyen en relación a la intervención de los adultos, por lo que es fundamental reconstruir su autoridad".
"Existe dificultad de los adultos para sostener su rol de adultos frente a los chicos, debido a que el primer ámbito de socialización de los jóvenes ha dejado de ser los adultos que los rodean y pasó a ser los medios de comunicación y los referentes que se les ofrecen", aseguró la coordinadora.